Mario Bojórquez: “Expresso at Soho”

 

 

Poesia tradotta da Sofia Mercatelli (Università degli Studi di Macerata) e letta da Francesca Di Presa

 

expresso at soho

 

Io sono quello che prende il caffè

sotto gli zoccoli dei cavalli

Sono venuto dalla Zona Río di Tijuana

Dal Cecut a provare le vostre zollette di zucchero

Non mi fido del Village né dei suoi classici tuguri

mi piace SoHo, quartiere di pittori e galleristi

e nella tovaglia individuale macchiata di menta

dico al mio amico Poncho che qui

e a Sant-Germain-des-Prés

nel Les Deux Magots

il caffè ha lo stesso sapore

che nel El Taquito della Leyva

 

Leído por Blanca Palomero

expresso at soho

 

Yo soy ese que toma café

bajo los cascos de los caballos

He venido desde la Zona Río en Tijuana

Desde el Cecut a probar sus cubos de azúcar

No confío en el Village ni en sus antros clásicos

me gusta el SoHo barrio de pintores y galeristas

y en el mantel individual manchado de menta

le digo a mi amigo Poncho que aquí

y en Saint-Germain-des-Prés

en Les Deux Magots

el café sabe igual

que en El Taquito de la Leyva

 

Fotografía: Wikipedia CC BY-SA 4.0

José Luis Gómez Toré: “Oreste o Dell’insonnia”

 

 

 

 

Poesia tradotta e letta da Alina Postal (Università degli Studi di Trento)

 

Oreste o dell’insonnia

 

Latrano i cani finché dura la notte,

latrano oscuri negli androni,

senza pietà latrano nella desolazione

tra blocchi di cemento e scavatrici,

tra rovine future d’un centro commerciale.

 

Vegliano,

senza tregua s’incalzano

da una piazza all’altra,

di città in città

attraverso i secoli.

 

Latrano questa notte i cani.

Lasciano in ogni bocca sapore di metallo.

Chi chiamano?

Chi sogna il risveglio?

 

 

Poema leído por el autor

 

Orestes o el insomnio

 

Ladran los perros hasta la madrugada

ladran de noche en los portales,

sin piedad ladran en el descampado,

entre bloques de hormigón y excavadoras,

en las ruinas futuras del centro comercial.

 

Velan,

se responden sin pausa

de una plaza a otra plaza,

de ciudad en ciudad,

a través de los siglos.

 

Ladran esta noche los perros.

Dejan un sabor a metal en cada boca.

A quién llaman.

¿Quién sueña el despertar?

 

(Hotel Europa, Ediciones de la Isla de Siltolá, Sevilla, 2017)

Alí Calderón: “XV [Transiberiana]

 

 

Poesia tradotta da Federica Cappellone (Università degli Studi di Macerata) e letta da Valentina Ragni  (University of Leeds)

 

XV
[Transiberiana]

Giornalmente  dieci mila quilometri

percorre

la transiberiana

per arrivare da Mosca a Vladivostok, in Siberia.

Noi viviamo nella stessa città e

tutti i giorni ci incrociamo per strada

ma il nostro incontro è più freddo di

una notte fredda di Siberia

e nessuno ancora

costruisce

la transiberiana che mi porta a te.

 

 

XV
[Transiberiano]

Diariamente diez mil kilómetros

recorre

el tren transiberiano

para llegar de Moscú a Vladivostok, en Siberia.

Nosotros habitamos la misma ciudad y

todos los días nos cruzamos por la calle

pero nuestro encuentro es más frío que

una noche fría de Siberia

y nadie todavía

construye

el transiberiano que me lleve a ti.

 

Leído por Antonio Martínez Arboleda

Adalberto García López: “Messico, 2016”

 

 

 

Poesia tradotta da Erika Romano (Università degli Studi di Macerata) e letta da Francesca Di Presa

 

Messico, 2016

 

a partire da Francisco Cervantes

 

Non è questa la tua città, ma da dove vieni

Sei appartenuto qualche volta

Dovresti riflettere.

E la terra che ora calpesti

Sia maledetto persino il tuo gesto

È tua per eredità

E vana pretesa è spaventarti

In una caotica scenata.

 

Non sai ancora che animale sei,

Che luna sia quella a cui devi cantare

Se cantare potessi di sofferenza.

Neppure il banchetto familiare ed intimo

Ti convince a stabilirti

Dunque non fare lestraneo dove ti senti a tuo agio.

 

Campagna o città, il tuo forte è vagare,

Accumulare nei tuoi passi la desolazione

Ora più che mai guardati chiedendo pietà,

Riconosci quanto a misura sia il mondo

Che concede quel che chiedi e quel che è giusto.

 

 

México, 2016

 

a partir de Francisco Cervantes

 

No es esta tu ciudad, pero de donde vienes

Perteneciste alguna vez

Habrías de reflexionar.

Y la tierra que ahora pisas

Sea desgraciado tu gesto incluso

Es tuya por herencia

Y vano reclamo es fruncirte

En una desordenada rabieta.

 

No sabes ya qué animal eres,

Qué luna es a la que debes cantar

Si cantar pudieras en desamparo.

Ni aun el banquete familiar e íntimo

Te convence de establecerte

Pues no seas ajeno donde te sientes propio.

 

Campo o ciudad, lo tuyo es vagar,

Acumular en tus pasos el yermo

Mas ahora mírate pidiendo clemencia,

Reconoce cuán medido es el mundo

Que otorga lo pedido y lo que corresponde.

 

Leído por Antonio Martínez Arboleda

 

Omar García Obregón: “Just Another Yellow House”

 

 

Translated and read by Parvati Nair (Queen Mary University of London)

 

JUST ANOTHER YELLOW HOUSE

 

It was the labyrinth of a path

That would lead to Istanbul,

Or was that the path

Of a body turned to goods

On offer to the highest bidder?

Dirty pretty things, hidden business.

 

However, they have whitewashed the yellow house

To archive all evidence

As the iniquity of urban myth

In the backroom of memory.

An interstice shelters another truth.

 

No one sees. No one listens.

Amnesia predominates,

With no exit to the sea.

So tyrannical is history,

The perennial peace offering.

 

 

UNA CASA AMARILLA MÁS

 

Era el dédalo de un camino

que llevaría hasta Estambul,

o ¿era ese el camino

de un cuerpo convertido en mercancía

disponible al mejor postor?

Dirty pretty things, negocios ocultos.

 

Mas ya encalaron la casa amarilla

para archivar toda evidencia

como iniquidad de leyenda urbana

en el cuarto de atrás de la memoria.

Un intersticio alberga otra verdad.

 

Nadie ve. Nadie escucha.

Predomina la amnesia,

sin ninguna salida al mar.

Qué tirana es la historia,

la sempiterna paz.

 

De Fronteras: ¿el azar infinito? [Borders: An Infinite Game of Dice?] (Leiden: Bokeh, octubre 2018)

Omar García Obregón: “I Return to a Foreign City, that Was Always Mine”

 

 

 

Translated and read by Parvati Nair (Queen Mary University of London)

 

I return to a foreign city,

            That was always mine

 

                                                How grey is the light at this hour,

                                                How murky the memory of the little that is left

                                                And how ungenerous is the imminent forgetting!

                                                                                                Maria Mercedes Carranza

 

 

Between the light and its shadow,

Falls the parallel of your watch

come undone in the coordinates of a wind

from the North that whips your coasts,

in the eye of the hurricane that burns the

foam that the oar maker churns

to make oars that trigger

the conquest of a bare shoreline.

 

And, thus, we came to populate again,

Putting new life into the future with the cutting edge

Of gold that is tinsel that turns to glitter

The true muddy future

That stains the stamen of the Gulmohar

And dullens the passion of its colour.

 

The hollow between your voice and my voice

Is filled with the power of nothingness

Where flags after flags are raised,

Flags raised to the call of duty.

We always return run-down

To the vile silence of a quarter of a century,

Half a century, centuries of silence.

 

Fearless we endure sentence.

The gold can no longer fill age

With shine, convinced of its copper,

The dream that faded at twenty-one,

Hope lived day after day

In an exile imbibed sip

By sip, with adulthood,

To live it in the cold transparency

Of a time of other spoils.

 

Your footprints have been cracked in the frost

Of a country shocked by the insult

That it is to live scorched by the light

That lives on only in my memory.

 

 

REGRESO A UNA CIUDAD EXTRAÑA, QUE SIEMPRE FUE MÍA

  

¡Qué sucia es la luz de esta hora,

Qué turbia la memoria de lo poco que queda

Y qué mezquino el inminente olvido!

 María Mercedes Carranza.

 

Se interpuso entre la luz y su sombra

el paralelo de tu vigilancia

deshecha en las coordenadas de un viento

que tus costas azota desde el Norte,

en el ojo del huracán que quema

la espuma a la que el remolar se atiene

para fabricar los remos que impulsen

a conquistar un litoral vacío.

 

Así llegamos a poblar de nuevo,

remostando el futuro con aristas

de un oro que es oropel que deslumbra

el verdadero porvenir de barro

que mancha los estambres del malinche

y opaca la pasión de su color.

 

La oquedad entre tu voz y mi voz

se llena con el poder de la nada

donde se alzan banderas y banderas,

banderas izadas al son de turno.

 

Regresamos siempre destartalados

al vil silencio de un cuarto de siglo,

de medio siglo, siglos de silencio.

 

Impávidos acatamos sentencia.

Ya el oro no puede llenar de brillo

la vejez, en su cobre convencida,

la ilusión marchita a los veintiún años,

la esperanza vivida día a día

en un destierro que se bebe sorbo

a sorbo, con mayoría de edad

para hacerlo en la fría transparencia

de un tiempo que conoce otros despojos.

 

Tus huellas quedan rotas en la escarcha

de un país sobresaltado en la injuria

que es vivir calcinados por la luz

que vive solamente en mi memoria.

 

De Fronteras: ¿el azar infinito? [Borders: An Infinite Game of Dice?] (Leiden: Bokeh, octubre 2018)

Jorge Gutiérrez Reyna: “Ciudad desarbolada”

 

Translated by students of Spanish 319: On Translating Cultures and Disciplines. Fall 2018.

Read by Hayley M. Griffiths

 

City Without Trees

 

You will not know the trees.

You will never hear their green secrets

that today whisper into the ears

of the winds nor will your hands know

the rugged caress of trunks

that safeguard the edges of the road.

 

There won’t be a perch in your patio

for the red song of the cardinals,

for the sweet apple flame of august,

nor any shade that silences the barking of the dog days,

nor heights where the serpent’s

legless venom cannot crawl.

It will be hard for you to imagine that below the asphalt

are the roots of an ancient city

of rugged columns,

sonorous domes of birds and suns.

 

Through the crystals of a diorama

you will see mute creatures,

contraptions made of plastic, wood and nostalgia,

just as we now see the captive

buffalo yearning for the vastness of the prairie.

You will hear amazing stories from another time

when packs of walnut trees exhaust

the forest in search of the gift of currents.

The tree for you will be planted

in the remote dust of the library,

it will flourish in the strange paragraphs

of a curious treatise on mythology.

 

Perhaps when leafing through an old book

you will envy the one who on an afternoon

heard the wind fly between leaves

and tried to sow in their words the whispers,

the secrets that you’ll never again listen to,

of the last tree that lived on Earth.

 

 

Leído por el autor

ciudad desarbolada

 

No conocerás el árbol.

No escucharás jamás estos secretos

verdes que hoy susurra en el oído

de los vientos ni sabrán tus manos

de la áspera caricia de los troncos

que custodian las orillas del camino.

 

No habrá en tu patio rama en que se posen

el canto colorado de los cardenales,

el dulce fuego de manzanas en agosto,

una sombra que acalle el ladrar de la canícula,

ni alturas donde no pueda trepar

el veneno sin pies de la serpiente.

Te costará imaginar debajo del asfalto

las raíces de una antigua ciudad

de rugosas columnas,

bóvedas sonoras de pájaros y soles.

 

Verás a través de los cristales

de un diorama unas criaturas mudas,

armatostes de plástico, madera y de nostalgia,

tal como vemos ahora a los cautivos

bisontes que añoran la amplitud de las praderas.

Escucharás historias increíbles de otro tiempo

en que manadas de nogales fatigaban

el bosque en busca del don de las corrientes.

El árbol para ti estará plantado

en el polvo remoto de la biblioteca,

florecerá en los párrafos extraños

de un curioso tratado de mitología.

 

Tal vez al hojear un libro viejo

envidies a ese que una tarde

escuchó el viento volar entre las hojas e intentó

sembrar en sus palabras los susurros,

secretos que jamás escucharás,

del último árbol que habitó sobre la Tierra.

 

 

 

Luisa Futoransky: “Narducho”

Translated by students of Spanish 319: On Translating Cultures and Disciplines. Fall 2018. 

Read by Hayley M. Griffiths

 

Narducho

 

 

The landscape of my childhood is lost. It doesn’t exist.

 

New streets, new houses.

 

It is a place with one single memory and one single emotion.

 

There, I immersed a world: childhood, bugs, relatives and neighbors. The first winters and the game: slushing in the frost. The oven of a bakery and Narducho in the adjoining barren lot, who by way of shoes wore little wooden boards wrapped around his feet with strips of burlap and in his hand, for all uses, a tin jug. A small stamp of San Francis. Or innocent lad from the Russian epic.

 

The quiet lunatic, the local madman, in Santos Lugares, that does not exist either.

 

 

Narducho

 

El paisaje de mi infancia está perdido. No existe.

 

Nuevo trazado de calles, nuevas casas.

 

Es un lugar de una sola memoria y una sola emoción.

 

Ahí, yo sumergí un mundo: la niñez, los bichos, los parientes y vecinos. Los primeros inviernos y el juego: chapotear en la escarcha. El horno de una panadería y Narducho en el contiguo terreno baldío, que a guisa de zapatos tenía tablitas de maderas en los pies envueltas en retazos de arpillera y en la mano para todo servicio, un jarro de hojalata. Como estampita de San Francisco. O inocente de epopeya rusa.

 

Loco tranquilo, loco de barrio, en Santos Lugares, que tampoco existe.

 

Leído por la autora