José Manuel Regal

José Manuel Regal
PASAJERO DE LA HISTORIA

 

 

Esta cruz de silencio

que me hiere a diario

Interfiere cuanto soy,

alimenta los miedos enquistados

en la espesura del alma;

hurga en la sangría de todas mis derrotas

hasta caer rendido en la indiferencia,

esa que me empuja mi muerte cada tarde.

La textura el alba anaranjado

me hizo rehén del tiempo

en los relojes dormidos;

del desplome de los sueños

sobre un lecho de inquietudes muertas,

vienen los fantasmas  a anunciarse

en el portal de mi historia.

Sólo detrás de los espejos

desenmascaro  mi rostro,

tiendo los poemas a sol y me quedo solo

en este lento otoño de mis ojos.

 

Ahora que soy yunque,

golpean sobre mí, cual campanas

a la hora del Ángelus,

los temores y remordimientos al unísono

mientras la noche, presagia tempestades

y, llegan a mí, como una fatiga de gaviotas,

pecados antiguos

en la desembocadura justa de los sueños.

Llevo, como frutas amargas,

versos que delatan los pasos de mi infancia.

Luces frías

y vientos que salpican

el perfil de la inocencia

y las palabras calladas

a lo largo de los años.

Mi infinito extravío

sigue presente en mi estatura.

Me busco por las anchas avenidas

de la vida  y no hallo más

que sombras extintas del pasado.

 

 

José Luis Martínez

José Luis Martínez
OFICINA DEL DÍA

 

 

Contable jubiloso del presente,

de las sinapsis portentosas;

tesorero del agua, de los rayos del sol,

soy un perro feliz, harto feliz

a pesar de las garrapatas,

de las neuronas que perdí

–mis estrellas extintas–,

de tantas grapas en el cráneo.

 

Carne de la palabra emocionada,

me desdigo y vuelvo a decirme,

llevaría la suma de los dones

eternamente enamorado,

bien de quimeras, bien de realidades.

 

Celebrar, celebrar…

 

Yo nunca cierro mi negocio.

José Iniesta

José Iniesta
AMOR EN EL BALCÓN                                       

 

 

De nuevo es el amor quien me sostiene.

Por él estoy despierto y me levanto

en medio de la noche,

descorro las cortinas,

y un ímpetu me empuja a salir fuera,

al silente balcón de los desvelos.

 

Soy savia que no finge su principio,

la tensión penetrando más adentro

su obstinada raíz entre las rocas

para ser en la rama del otoño

primavera y raudal de tanta vida,

la danza por el aire de las hojas,

el fruto suspendido en su sabor.

 

Flechado estoy sin tiempo y decidido.

Vigilo por amor, sin pensamiento,

los astros de la noche por más verte,

me apoyo en la baranda frente al mundo.

Y el mundo, no presiente mi alegría,

ignora las palabras

ardidas en el cántico

que anhelan balbucir en su vislumbre

tu nombre que se nombra en el silencio

con verdad y belleza.

 

De nuevo es el amor quien me sostiene.

Tan sólo por amor alcé esta casa,

dispuse la arboleda en el jardín,

dejé manar la fuente hasta la piedra

pulida de la sed y las derrotas.

Ingreso en el espacio enamorado.

Transito por la alcoba de mi dueño,

y es vida lo que vivo al acercarme

al presente perfecto de tu abrazo,

al dulce son seguro

desde tu aliento siempre.

José Antonio Olmedo

José Antonio Olmedo
LA NATURALEZA INVISIBLE             

 

 

A Gloria Frutos                                               

 

Proviene de los sueños del presente

el valor de la ciencia del futuro.

 

La Inspiración, semilla sempiterna,

umbela solución frente a la nada.

 

De no ser por nuestra insignificancia

veríamos panópticos los cielos.

 

Pensamos que hay mil rocas diferentes;

provienen de una unívoca pangea.

 

Por eso las distancias nos abruman

y nos vierten tratados engañosos.

 

La Muerte es invento de los temores,

una amenaza que jamás se cumple.

 

Radica en las moléculas de vida

un imperioso afán superviviente.

 

El Amor es la enzima que produce

el perpetuo atavismo de las almas.

 

Amor es el propósito del Tiempo

que a veces se flagela por su ausencia.

 

La Música es silencio sin amor

olvido que se cierne carne adentro.

 

Por el amor del Sol hacia la tierra

crece la flor, amada por el agua.

 

Javier Arnaiz

Javier Arnaiz
CONTRA EL MIEDO

 

 

Recitaré en elipsis,

escribiré palabras,

paisajes para tímpanos cerrados que olvidan

emborronados párrafos

de luz sin sentimiento.

No expresaré, amor,

los te quiero elegidos por el miedo,

huirán avergonzados

por curvas ocultadas.

Mi voz, con alpargatas mal medidas,

caminará entre  piedras

dolida del dolor de las pisadas.

 

Percibo respirar a los espías

que anotan mis vocablos solidarios.

 

– Han abierto las cárceles;

los poetas se presentan en la fila

para evadirse de ellas-.

Isabel S. Hidalgo

Isabel S. Hidalgo
HABITACIÓN   509

 

 

No soy buena haciendo camas

-dijiste-.

Los ojos entornados, el pelo revuelto

y las manos temblorosas queriendo

abarcar espacios imposibles.

La madrugada extendía sombras por el suelo;

cerramos la puerta y los números de la habitación

rodaron por el pasillo desmayados,

salpicando las paredes alargadas

color marfil, marrón o ni me acuerdo.

Antes, en el jardín y a  escondidas,

el ritmo de canciones pasadas de moda,

atrapaba miradas furtivas,

las manos jugaban a encontrarse

y se estremecían los cuerpos.

No soy buena haciendo camas…

Rodó el deseo entre las mantas apremiantes,

urgencia de caricias y los besos

impregnaron la almohada de saliva insolente.

Mi cuerpo huele a ti, mis labios a tu sexo.

La mañana se estremece y salgo de puntillas.

Entro de nuevo en el ascensor donde te besé

por primera vez, casi con arrogancia,

y miro una vez más la puerta cerrada,

sabiéndote entre el desconcierto del amor,

sábanas rotas y gemidos desatados.

 

Tu mirada perdida en el techo, queriendo atrapar

el instante mismo de la entrega.

Miro la habitación 509, una última vez,

y ya sueño con tus ojos  posados de nuevo

en mis pupilas.

Isabel Romera

DEJADME LA ESPERANZA

 

 

                        El odio se amortigua

                        detrás de la ventana

 

MIGUEL HERNÁNDEZ

 

 

Los alambres del tiempo

reforzaron la valla

que la muerte no pudo derribar.

Tu casa sigue abierta.

Rezuma en las paredes

la sangre de tu herida,

la sangre de los hijos que nacieron después.

Tu nombre, Miguel, fluye

entre sus manos blancas

mientras el hombre acecha.

 

Ha regresado el tigre,

la garra nunca es suave.

 

Inma Noguera

Inma Noguera
MEMORIA SELECTIVA

 

 

Era verano, había regado las plantas,

tomábamos una cerveza en el jardín,

los jazmines nos tocaban el pelo.

Me tomó los pies y los acercó

poco a poco a su boca.

El gato, con su lengua de lija, relamía el polvo

que un cacahuete había regalado a mi camiseta.

Los gorriones reunidos en el ficus,

lentamente felices.

Su saliva me iba dibujando flores,

ternura impúdica de tierra húmeda.

Y por más que lo intento,

no logro recordar la conversación.

Héctor Solsona

Héctor Solsona
ÁNGELUS

 

 

Delante de la pura nada

los ángeles hablan

con voz de fuente,

los círculos concéntricos

de la vida se ensanchan

hasta hacerse invisibles.

 

Nadie entiende

este sol blanco del mediodía

en la certeza oscura del silencio.

Nada detiene el manantial

ni vértigo libre y ciego

de nuestros días y horas.

 

Ora pro nobis

 

(Poema del Santo rosario)

 

Gregorio Muelas

Gregorio Muelas
TIEMPO MUERTO

 

 

Es cosa de gente sin alma,

que ve pasar el tiempo inanemente

mientras sus sueños les preceden

y sus sombras oscuras les apremian.

 

Es cosa de arquitectos

de castillos de naipes y de arena

a merced del viento y las olas,

pues no hay refugio que atempere

ni dique que contenga

el natural discurso de las horas.

 

Sólo el tiempo admonitorio nos juzga,

y es el vórtice por donde las horas

y los días, los años y las eras

se despeñan hacia la nada más completa.

 

Si todo es tiempo muerto,

tiempo reciennaciendo,

recienmuriendo a cada instante,

acompasemos nuestros latidos a su caída,

su luz a nuestra sombra,

su ritmo a nuestra vida.